jueves, 18 de febrero de 2010


1 comentario:

  1. Hay un objeto inerte tirado en el suelo. Está tieso, paralizado. Veo papel, letras, fotos, titulares… Es un periódico. Un periódico recién nacido. Parece que empieza a moverse. Está asustado, mira en todas direcciones. No sé qué busca. Todo es extraño para él. No se mueve del sitio, no puede, pero está impaciente por hacerlo. ¿Qué le pasa? Ha fijado sus ojos en mí por un momento. Está ansioso por descubrir el mundo que le rodea. Su mirada curiosa no pasa desapercibida. Intimida a los demás objetos. Cada vez se vuelve más inquieto y atrevido, incluso un poco plasta. ¡Se está desplazando! ¿A dónde se dirige? No cesa de analizar minuciosamente cada bicho con el que se cruza. Camina con lentitud, con tranquilidad, pero está nervioso. Tiembla. Quiere algo, pero no lo consigue.

    Se ha parado enfrente de un bolígrafo. Yo sé que es un bolígrafo, pero él no. No se conocen. El periódico está confuso. Quiere comprender qué o quién es ese ser. Parece interesante, diferente a los demás. Quién sabe, podría ser noticia en el próximo número. El periódico no desaprovecha la oportunidad. Se acerca al otro objeto, que mira con recelo, pero se deja mirar. Cada vez se aproxima más al bolígrafo, que intenta reaccionar, pero no sabe cómo. Piensa que el periódico está loco. Finalmente, permanece inmóvil. El periódico está emocionado. Examina cada componente de su nuevo amigo. Está muy concentrado, a la par que ilusionado. Da vueltas alrededor del objeto, sin prisa pero sin pausa. Está aligerando el paso, sin dejar de fijar sus ojos en él. ¡Qué mareo! Pobre boli, se siente acosado. Rápido, rápido, cada vez más rápido.

    Se ha detenido de repente. ¿Qué le ocurrirá? Oh, vaya, parece que ya ha obtenido lo que quería. Se le ve soberbio. Y satisfecho con su trabajo. Ya no mira al boli. Sólo de reojo, y muy de vez en cuando. Su pobre amigo no entiende nada, pero tampoco reacciona de forma especial. El periódico fija nuevamente sus ojos en el bolígrafo. Y se aleja. Se aleja. Se aleja. Pero sin parar de mirarle.

    Ha llegado a un recóndito lugar en el que se le ve como en su casa. Está sacando algo de sí mismo. Lo expulsa con fuerza y con orgullo. Sigue extrayendo cosas. No veo bien lo que son. Parecen noticias, información. Ahora que me he puesto las gafas, me doy cuenta de que el bolígrafo es el protagonista de la nueva portada.

    MARINA (alias periódico)

    ResponderEliminar